Mensaje en ocasión del Feliz Día de las Madres

Mensaje en ocasión del Feliz Día de las Madres

10 de mayo de 2023

Compartimos breves pero importantes reflexiones, tomando a la Santísima Virgen María, como nuestra madre, principio establecido directamente por Jesús, nuestro Señor, al pie de la cruz (Jn 19, 25-27).

Maternidad herida de María, convertida en maternidad multiplicada

No existe dolor más grande, que el de una madre al pie de la cruz, perdiendo a un hijo, y al mismo tiempo, deponiendo el dolor, dejándolo a un lado, redescubriendo su maternidad, para acoger al otro (esposo, hijos, familiares), y volver a entregar la vida, multiplicada, en ellos.

María permanecía erguida al pie de la cruz, no obstante su dolor, como un eco de la Transfiguración, entendida como la posición del cristiano, sostenido, fortalecido en el Señor, levantado, resucitado, siempre orientado hacia adelante, hacia lo alto, hacia Dios.

Un hijo muere, más otro, te es dado… Un hermano migrante, un preso, un anciano, un huérfano, un enfermo, un abandonado, un necesitado. Tu vocación de amar y servir, habrá de prevalecer por encima del dolor…
Los amores (personas, ideales, encomiendas), que te han sido entregados por el Señor, son, tantas veces, más importantes que tu misma vida. Porque el amor es más fuerte que el dolor. Y no tener a alguien a quien amar, o por quien dar la vida, es una lenta agonía. Porque no amar es permanecer en la muerte.

La Iglesia, o es acogida, o no es Iglesia.

María, ha acogido el anuncio del ángel, ha recibido el Verbo de Dios en su seno, recibe y conserva en su corazón, todas las palabras de su hijo y sus acciones. Ha recibido a Juan como hijo, y nos ha recibido a todos nosotros como sus hijos.

Tu vocación, mujer, como la de todas las mujeres, es ser madre, es ser acogida, es ser ternura, es ser compasión, es ser cuidado, es ser IGLESIA.

Madre valiente

María es la mujer, fuerte y valiente, que no ha tenido, como todo ser humano, descuento en el precio del dolor.

“No temas, María”, – le dice el ángel… (Lc 1,30). No temas a este Dios, hecho niño. No temas, le dice al mundo, a este Dios, recién nacido. No hay porque temer a este Dios, que no ha tenido miedo, y ha creído, en el amor de una madre…

Santuario de vida.

La visita de María a su prima Isabel, encuentro único en el evangelio, de dos mujeres grávidas, ambas, santuarios de protección y de custodia de la vida… Ellas desafían a la Iglesia: O es santuario de la vida, o no es Iglesia.

Dios que habla desde el seno materno, y prefigura una misión a Juan el Bautista, desde el vientre de su madre: “Y el niño saltó de gozo en mi seno… (Lc 1, 39-45).

“Antes de que yo te formara en el vientre de tu madre, ya te conocía. Antes de que nacieras, ya te había elegido para que fueras un profeta para las naciones”. (Jr 5, 12).

En el vértice del dolor, no es el hombre el que ruega, es Dios quien ruega a los hombres…

Cuando todo muere, cuando todo es oscuridad en el Gólgota, cuando todo parece acabar, Jesús pronuncia palabras de vida: “madre, e hijo”. Y les da a entender: retomen el hilo de la vida, la muerte no vencerá. (Cfr. Lc 23, 26-56).

Mira, nos dice, con ojos de madre; mira, con ojos de hijo, pues son los únicos ojos, que pueden ver, con verdad y con ternura.

En el dolor, en la oscuridad, en el vacío, los hombres nos aferramos a Dios. En el mismo dolor y oscuridad, Dios, en el calvario, se aferra a los hombres, a un hijo, y a una madre.

Y Juan la recibió en su casa…

El discípulo la acoge entre sus bienes más exquisitos y valiosos. Pero, atención, María no viene a recibir hospitalidad y protección. Es Ella quien aportará la máxima riqueza. Será ella la que transmita al discípulo, la propia definición de su identidad. A imagen de María, el discípulo se convertirá en: persona que guarda las cosas de Dios en su corazón, aprenderá a ser casa de Dios, creyente gozoso, dador de vino y de gracia, con actitud acogedora, compasiva y misericordiosa. Con ella, aprenderá a ser discípulo del silencio y de la caridad, de la prudencia y de la valentía. (Cfr. Jn 19, 25-27).

Y porqué no decirlo, a ser Madre, porque ser Madre no es, quien te ha dado solo una vez la vida, sino quien, continuamente te la da.

Si María Magdalena, le enseñó a lavar los pies a Jesús, será María, su madre, la que le enseñe a tener el estilo propio de Dios: cercanía, ternura y compasión.

La Iglesia del mañana…

Entre los signos marianos actuales de la Iglesia, está precisamente el papel de la mujer: esencial para la historia de la salvación, por lo que no puede ser menos que esencial para la Iglesia y para el mundo.

¡Pero cuántas mujeres no reciben la dignidad que se les debe! La mujer, que trajo a Dios al mundo, debe poder llevar sus dones a la historia y a la Iglesia. Se necesitan, su ingenio y su estilo. Lo necesita la teología, para que no sea abstracta y conceptual, sino delicada, narrativa y vital.1

La iglesia del futuro y de la sinodalidad que proclama el Papa Francisco, la Iglesia del mañana, o será mariana, o no será… 2

Feliz día a todas las mamás. El Señor las proteja y las bendiga.

+Alfonso G. Miranda Guardiola
Obispo Auxiliar de Monterrey
Responsable de la Dimensión Episcopal de Familia de la CEM.

Bibliografía:

1 Discurso del Papa Francisco a los profesores y alumnos de la Pontificia Facultad teológica “Marianum” de Roma (24 octubre 2020). https://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2020/october/documents/papa-francesco_20201024_marianum.ht ml

2 Card. Marc Ouellet. Comunión y Sinodalidad. En el Espíritu de la Nueva Constitución Apostólica Praedicate Evangelium. Mayo 2022. Asamblea Plenaria. Pontificia Comisión para América Latina. https://www.osservatoreromano.va/es/news/2022-06/spa-022/comunion-y-sinodalidad.html